domingo, 27 de julio de 2014

Bienvenidos a Siberia (me soliloquio de frío)

Mi nariz, punto de menor temperatura de la habitación. Mínimo absoluto. Derivada en cero. Hasta hoy el invierno se había mantenido más allá de los confines de la persiana. Ya no más. Casa tomada. No hay respeto, che. No hay escapatoria. El gato se afana creativamente un cacho de acolchado. Un siglo de ascenso social amenazado por el chiflete. ¿Para qué se fueron de Europa en un barco llamado Deseo? No para que el tátaranieto se cagara igual de frío. Posmodernidad amenazada por el desafío intelectual de que no haya libro que justifique destaparse las manos. I could be bounded in a nutshell y a ver si ahí hay calorcito. Que lo parió. Replantear todos los dogmas del buen pijama. Una frazada más, ¿cuántas? La delgada línea entre el confort y el sofocamiento. No hay tiempo para democracia. Dilemas de julio.

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